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El metanol y el etanol, a pesar de ser estructuralmente similares, tienen efectos muy diferentes en el organismo cuando se ingieren. El etanol confiere al vino, la cerveza y los licores su clasificación como bebidas alcohólicas y produce efectos fisiológicos como náuseas, mareos y alteraciones neurológicas temporales. Sin embargo, consumir incluso pequeñas cantidades de metanol puede causar ceguera, convulsiones e incluso la muerte. El metanol es un disolvente industrial poco costoso que a veces se añade a las bebidas alcohólicas para abaratar su costo, una práctica que era especialmente habitual cuando la producción clandestina de alcohol estaba en auge. Pero en 2025, esta práctica sigue provocando casos de intoxicación por metanol y muertes. El diagnóstico de la intoxicación por metanol suele requerir el análisis de muestras de sangre de la persona afectada, lo que puede ser costoso y complicado, sobre todo si se tiene en cuenta que el alcohol contaminado se produce principalmente en países de bajos ingresos. Por ello, Dusan Losic y sus colegas querían crear un alcoholímetro de metanol que fuera fiable y fácil de usar.

Los investigadores formularon una tinta especializada conductora de la electricidad que combinaba un marco metalorgánico (MOF, por sus siglas en inglés) a base de circonio y grafeno. A continuación, imprimieron la tinta en 3D sobre un material de cerámica para crear el sensor. Una máquina creó el aliento artificial mediante la mezcla de aire seco con aire húmedo que contenía metanol y, a continuación, simuló exhalar en una cámara que contenía el sensor. El prototipo detectó metanol en concentraciones de tan solo 50 partes por mil millones (por debajo de los niveles encontrados en el aliento durante la intoxicación por metanol) y mantuvo su estabilidad y rendimiento tras varios ciclos de detección repetidos. Al principio, el sensor no conseguía diferenciar el metanol del etanol en un entorno similar al de la respiración. Por ello, el equipo utilizó análisis estadísticos y un algoritmo de aprendizaje automático entrenado para distinguir los gases. Estas herramientas de inteligencia artificial permitieron al sensor detectar metanol en concentraciones de partes por mil millones y etanol en partes por millón.

Este trabajo demuestra el primer paso hacia el uso del grafeno y este MOF para detectar metanol en el aire. Los investigadores señalan que se requiere continuar el desarrollo para distinguir entre metanol y etanol en el alimento que es más húmedo antes de que se concrete un alcoholímetro de metanol fácil y sencillo que salve vidas.

Los autores reconocen la financiación de la subvención National Intelligence and Security Discovery Grant y del Centro de Investigación del Consejo Australiano de Investigación para la Fabricación Avanzada con Materiales 2D.